Cnosos,
en Creta, es célebre por su palacio, el más antiguo de Europa. Sus coloridas
pinturas murales muestran el juego cretense del salto del toro: un individuo
realiza una cabriola por encima del fiero animal, que no consigue embestirlo.
El palacio es célebre, a su vez, por sus numerosas habitaciones y niveles, con
un diseño intrincado que pudo originar el mito del Laberinto de Creta. El rey
Minos encargó su construcción al arquitecto Dédalo para encerrar al Minotauro,
el monstruo de cuerpo humano y cabeza de toro por el que tanta pasión sentía
Pasífae, la esposa de Minos. Atenas perdió una guerra contra el rey Minos y
este les impuso el siguiente tributo a los atenienses: cada nueve años debían
mandar a Creta siete muchachos y siete doncellas para que fueran devorados por
el Minotauro.
La
historia y la leyenda se funden en Cnosos. La civilización minoica vivió su
apogeo a mediados del segundo milenio a.C. Un cataclismo originado en el volcán
de Thera, la actual Santorini, pudo causar el declive de esta civilización. La
civilización micénica pudo aprovechar esta situación de crisis para controlar
la isla con relativa facilidad. Hay mucha controversia al respecto.
Un
estudio reciente de la Universidad de Cincinnati sostiene que Cnosos no sólo se
recuperó del colapso sociopolítico sufrido alrededor del año 1200 a.C., tras la
erupción minoica, sino que además "creció rápidamente y prosperó hasta
convertirse en un centro cosmopolita de las regiones egeas y
mediterráneas", explica dicha universidad en un comunicado.
¿En
qué se basan los arqueólogos? La investigación sobre el terreno ha permitido
extraer la siguiente conclusión, totalmente sorprendente: los hallazgos
correspondientes a la Edad del Hierro temprana (1100-600 a.C.) demuestran que
"Cnosos fue rica en importaciones y unas tres veces más grande de lo que
se creía hasta ahora". El estudio reciente se ha centrado en el desarrollo
urbanístico que experimentó Cnosos en el siglo XI a.C., al comienzo de la Edad
del Hierro y tras la destrucción de los palacios minoicos en la Edad del
Bronce.
En la última década se han recuperado numerosos fragmentos cerámicos y otros artefactos de la Edad del Hierro, "dispersos por un área extensa que no había sido explorada". No sólo es importante la cantidad de piezas halladas, sino también su calidad, pues las importaciones incluyen objetos de bronce y otros metales procedentes de la Grecia continental, Chipre, Oriente Próximo, Egipto, Italia, Cerdeña y el Mediterráneo occidental. "Ningún otro sitio del período egeo [o prehelénico] tenía tal gama de importaciones", corrobora Antonis Kotsonas, asesor del proyecto, de la Universidad de Cincinnati. (nationalgeographic.com.es)
En la última década se han recuperado numerosos fragmentos cerámicos y otros artefactos de la Edad del Hierro, "dispersos por un área extensa que no había sido explorada". No sólo es importante la cantidad de piezas halladas, sino también su calidad, pues las importaciones incluyen objetos de bronce y otros metales procedentes de la Grecia continental, Chipre, Oriente Próximo, Egipto, Italia, Cerdeña y el Mediterráneo occidental. "Ningún otro sitio del período egeo [o prehelénico] tenía tal gama de importaciones", corrobora Antonis Kotsonas, asesor del proyecto, de la Universidad de Cincinnati. (nationalgeographic.com.es)
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