Huellas aparentemente
humanas de hace 5,7 millones de años desconciertan a los científicos
Descubiertas en la isla de Creta, podrían alterar para siempre lo que
sabemos sobre la evolución de los primeros humanos
José Manuel Nieves (abc.es, 01/09/2017 )
Ultimamente, el origen de nuestra especie no deja de complicarse. Y ahora
le toca el turno a una serie de misteriosas huellas fósiles,
aparentemente humanas, descubiertas en la
isla de Creta y que podrían alterar, para siempre, el relato establecido sobre la
evolución de los primeros humanos. Las huellas tienen 5,7 millones de años de
antigüedad, una época en la que, supuestamente, nuestros antepasados solo
vivían en Africa y dejaban huellas muy parecidas a las de los monos.
Desde el descubrimiento de los primeros fósiles de Australopithecus en el sur y el este de
África a mediados del siglo 20, el origen del linaje humano se ha situado en el
continente negro. Otros fósiles descubiertos en esa misma región, incluidas las
famosas huellas de Laetoli, en Tanzania, dejadas hace 3,7
millones de años por unos pies de apariencia humana, reforzaron aún más la idea
de que los primeros miembros de nuestro linaje no sólo se originaron en África,
sino que permanecieron aislados allí durante varios millones de años, antes de
dispersarse por Europa y Asia.
Por eso, el hallazgo de una hilera de huellas de apariencia humana en
Creta, y además con una antigüedad de cerca de 5,7 millones de años, se opone
frontalmente a esas ideas y sugiere una realidad mucho más compleja.
Las huellas fueron descubiertas por casualidad en 2002 por Gerard
Gierlinski (paleontólogo polaco especializado en huellas fósiles), durante una
vacaciones en Creta. Pero no fue hasta 2010 cuando las estudió a fondo y llegó
a la conclusión de que habían sido dejadas por un hominino. Ahora, Per Ahlberg,
de la Universidad de Uppsala, ha retomado la investigación y acaba de publicar
sus sorprendentes conclusiones.
Un
pie humano
El pie humano tiene una forma muy particular, diferente por completo de la
de otros animales terrestres. De hecho, la combinación de una planta alargada,
cinco dedos de los pies que apuntan al frente, cortos y sin garras, con un dedo
gordo mucho mayor que los demás, es única. Los pies de nuestros parientes más
cercanos, los grandes simios (chimpancés, gorilas y orangutanes), se parecen
más a una mano que a un pie humano, con un pulgar lateral que permite agarrarse
fuertemente a las ramas o, incluso, manipular objetos.
Las famosas huellas de Laetoli, que se cree que fueron dejadas por un
autralopiteco, son muy similares a las de los humanos modernos, excepto por el
hecho de que el talón es más estrecho y la planta no está aequeada, como la
nuestra. Por el contrario, algunos fósiles más antiguos, como los de Ardipithecus ramidus, que caminó por Etiopía hace 4,4
millones de años y que está entre los homininos más completos hallados hasta
ahora, tiene los pies como los de los simios. Los investigadores que
describieron esa especie argumentaron en su día que Ardipithecus era un antepasado directo
de nuestra especie, pero que sus pies, en aquel tiempo, no habían evolucionado
aún para parecerse a los nuestros.
Pero las nuevas huellas, halladas en Trachilos, al oeste de Creta, son dos
millones de años más antiguas que las de Laetoli y, a pesar de ello, tienen una
forma inequívocamente humana, especialmente en los dedos de los pies. Su dedo
gordo es similar al nuestro en forma, tamaño y posición, y también, como en
nuestro caso, se asocia a la planta con una "bola" que jamás está
presente en los simios.
La planta del pie de este nuevo y desconocido hominino es proporcionalmente
más corta que en las pisadas de Laetoli, pero en general tiene la misma forma.
En resumen, las características de las huellas de Trachilos indican sin lugar a
dudas que fueron dejadas por uno de los primeros homininos, mucho más primitivo que el
"caminante" de Laetoli. En Creta, las huellas fueron dejadas en una
orilla arenosa, posiblemente en el delta de un río, mientras que las de Laetoli
quedaron impresas en cenizas volcánicas.
"Lo que las convierte en polémicas es la edad y la localización de
estas huellas", afirma Per Ahlberg, autor principal del estudio.
Con sus 5,7 millones de años, la especie que dejó las misteriosas huellas
de Creta es incluso más antigua que los más viejos de los homininos conocidos,
los Sahelanthropus de Chad, y contemporánea
del Orrorin de Kenia, pero más de un millón de años más vieja que Ardipithecus
ramidus y sus pies de simio. Lo cual contradice la hipótesis de que
Ardipithecus sea un antepasado directo de especies posteriores de homíninos, de
las que nosotros descendemos.
Además, hasta este mismo año, todos los homininos fósiles conocidos con más
de 1,8 millones de años (la edad de los primeros Homo fósiles de Georgia)
procedían de África, lo que llevó a la mayoría de los investigadores a la
conclusión de que ése, y no otro, era el lugar donde se desarrolló el grupo.
Pero las huellas Trachilos no dejan lugar a dudas. De hecho, están fechadas
con seguridad usando una combinación de foraminíferos (microfósiles marinos)
procedentes de capas subyacentes de terreno, más el hecho de que las propias
huellas se encuentran inmediatamente por debajo de una roca sedimentaria muy
distintiva, que se formó justo en la época en la que el mar Mediterráneo se
secó brevemente, hace 5,6 millones de años.
Los
restos de los Balcanes
Por una curiosa coincidencia, a principios de este mismo año otro grupo de
investigadores reinterpretó una serie de restos fragmentarios (dientes y
mandíbulas) de 7,2 millones de años de antigüedad, pertenecientes a un primate llamado Graecopithecus, hallados entre Grecia y
Bulgaria, y lo reasignaron al grupo de los homíninos
En la época en que las huellas de Creta quedaron impresas en la arena, un
periodo conocido como Mioceno tardío, el desierto del Sahara aún no existía. Y
todo el norte de Africa, hasta el Mediterráneo oriental, era una inmensa
sabana. Para colmo, Creta aún no se había desprendido de la península griega.
Por lo tanto, no resulta difícil imaginar cómo los primeros homininos podrían
haber recorrido a sus anchas tanto el sudeste de Europa como África, dejando
sus huellas en una orilla de lo que después sería una isla, Creta, en medio de
un nuevo mar, el Mediterráneo.
"Este hallazgo -afirma Per Ahlberg- desafía frontalmente el relato
establecido de la evolución de los primeros humanos, y es posible que genere un
gran debate. Queda por ver si la comunidad de investigadores que estudian el
origen de los humanos aceptará estas huellas fósiles como evidencia de la
presencia de homininos en Creta durante el Mioceno".
1 σχόλιο:
Me alegro mucho de volver a leer al anfitrión griego y sus placeres.
Un saludo.
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